El Gancho

El Gancho, en Ailanthus City, fue uno de los campos de batalla de mi niñez. Allí vivía la yaya María y en sus brazos cabalgué, compitiendo al trote con la tartana de la leche y el carro del carbonero, por todas sus calles de adoquines.
Nada estuvo prohibido en el paraíso y lo tuve todo: la taba de Felipe, el carnicero de brillante calva. La cinta del pan de cinta de Asunción. La suerte de "El Chato", el ciego que vendía iguales en la puerta de la iglesia...
La primera música que recuerdo, asociada a ese periodo, es "En Un Mercado Persa" de Ketelbey. En esta ocasión, ésta es la versión:

http://www.youtube.com/watch?v=g1kSGgZP4KE

Las orillas del río Ebro acogen, estos días, las esculturas de los "Habitantes de la ribera". A la altura de San Pablo, en El Gancho, hay un "Rompezabezas", de Mario Campos, que tiene la propiedad mágica de recomponer la faz de cada una de los personas populares que lo han habitado. Me he puesto a enredar y, así como nunca conseguí completar el cubo de Rubik, me han salido todos los personajes.