Churrería

No encuentro la churrería que deseo fotografiar. Blanca. Ambulante. Con espejos enmarcados con más bombillas que el camerino de Marilyn Monroe. Con humo. Mucho humo que haga temblar la imagen de una churrera vestida de primera comunión, rubia, boca exageradamente pintada y oro en abundancia: gargantilla, pendientes, anillos, pulseras y dos muelas.