La farmacia de la esquina luce un cartel expositor que llama mi atención por dos motivos. Uno, el cuadrado en el que imagino se podría inscribir el rostro. Dos, la cantidad de guiños matemáticos que circundan ese par de ojos. No sé si me explico.
La farmacia de la esquina luce un cartel expositor que llama mi atención por dos motivos. Uno, el cuadrado en el que imagino se podría inscribir el rostro. Dos, la cantidad de guiños matemáticos que circundan ese par de ojos. No sé si me explico.