Nuria y Silvia

He dicho no, una vez más, a la proposición de editar un libro de retratos, pero he dicho sí a repensarlo. Voy en el autobús sentado ante una persona muy opaca. De repente, se levanta de su asiento y me encuentro con Nuria y Silvia. Les pido permiso para tomar una fotografía instantánea, tal cual están sentadas, en la última fila, a contraluz.
Me lo voy a pensar muy en serio, me refiero a lo del libro, aunque creo que lo mejor ya ha sucedido y que es preferible estar volando que impreso.