Antonio se enfrenta a sus enemigos uno tras otro. Recuerda a algunos que había olvidado; antes de matarlos, insulta, destripa, degüella, mata, arrastra a los viejos por la barba, aplasta a los niños, golpea a los heridos. Y se vengan del lujo: los que no saben leer rasgan los libros; otros rompen, estropean las estatuas, las pinturas, los muebles, las arcas, mil cosas bellas cuyo uso ignoran y que, por eso, les desesperan. De vez en cuando, se detienen jadeantes, luego reanudan.

Fragmento de La tentación de San Antonio de Gustave Flaubert. Libro deshojado, encontrado como bien mostrenco, del que desconozco datos editoriales.