Para María

María no comprende del todo por qué he colgado una fotografía que no es mía. Y yo le digo que no es mía, que es suya, que se la regalé a ella porque me gustó la dedicatoria escrita en el dorso: "Para María". Parece de Rilke. ¡Y qué caligrafía! Dudé por qué lado debía de enmarcarla. El trazo firme y elegante. El color metálico, como si se hubiese trazado con una plumilla oxidada mojada en agua y desteñida. Así de sencilla. Así de bella. Sin firma ni garabato. Sólo dos puntitos, dos vírgulas; una, bajo la "P"; otra, bajo la última "a" de María.